O Exército da Colômbia está nos calcanhares do líder máximo das FARC, os narcoterroristas que assombram a Colômbia há 50 anos. Trata-se de Guillerno Leon Sáenz, apelidado de Alfonso Cano. Os militares, orientados por guerrilheiros que abandonaram a luta, estão encontrando restos de acampamentos recentes na região da floresta amazônica de Cauca, na região andina central, na convergência dos estados de Cauca, Tolima e Huila.
Há dois ou três anos o Exército vem empurrando os bandidos para a floresta, para tornar as zonas urbanas mais seguras e agora está fechando o cerco sobre os traficantes responsáveis pela cocaína que abastece o Brasil matando milhares de jovens com a violência urbana decorrente do tráfico.
O presidente Juan Manuel Santos, que foi Ministro da Defesa de Álvaro Uribe, e um dos responsáveis pelas seguidas derrotas das FARC disse que as tropas estão quase apanhando Cano.
Em reunião hoje, os bispos católicos da Colômbia, muitos dos quais simpáticos à guerrilha narcoterrorista, devido à Teologia da Libertação, de orientação marxista, pedem a Cano que se entregue em nome da pacificação nacional.
Mas muita gente boa na Colômbia acha que Cano bom é Cano morto.
El Tiempo
Segundo o jornal El Tiempo, de Bogotá, “Unas fotografías divulgadas por el Ejército Nacional en su sitio de Internet muestran detalles del refugio de Cano, base que según lo admitido por Santos "no es el campamento tradicional de él" por cuanto "él no ha podido volver a lo que se consideraba su santuario". Las 18 fotografías de baja calidad detallan algunas tiendas de campaña elementales, un camastro con supuestas pertenencias, un camino por la pendiente de una montaña, un sendero en madera entre la espesura, unas prendas militares colgadas de cuerdas o un mesón de troncos de árboles con algunas vasijas.
Según el mandatario, las FARC "están cada vez más desesperadas" por la acción de las Fuerzas Armadas, que han expulsado los cabecillas de su "hábitat natural" y están expuestos a riesgos que los llevan a cometer errores fatales.
En este sentido mencionó los casos del segundo al mando de la organización, Raúl Reyes, muerto en marzo de 2008 en un bombardeo colombiano a su base en las selvas del norte ecuatoriano, y del responsable militar del grupo, Mono Jojoy, desaparecido en una acción similar el pasado septiembre en las selvas del sur del país. "La instrucción es arreciar, continuar con la ofensiva, porque cada cabecilla, cada miembro de las FARC, va a caer, tarde o temprano", ha notificado Santos.
La nueva acción contra Alfonso Cano, alias de Guillermo León Sáenz, forma parte de una operación contra él puesta en marcha a mediados de 2008, cuando asumió la jefatura máxima rebelde. Sáenz, antropólogo de 62 años, con casi 35 de trayectoria en las FARC y su antiguo responsable político, reemplazó a Pedro Antonio Marín (Tirofijo o Manuel Marulanda Vélez), fundador del grupo insurgente que murió en marzo de 2008 de una crisis cardíaca, según lo informado en su momento por el Secretariado (mando central) de las FARC.
La operación fue reforzada hace un año con la creación de la Fuerza de Tarea del Sur del Tolima, que desde entonces ha matado en combate a nueve lugartenientes de Cano, entre ellos Jerónimo Galeano y El Abuelo, piezas de su seguridad.
"Por supuesto que el objetivo de alto valor es Alfonso Cano", ha advertido Santos tras reconocer que "esto (la reciente acción) es algo que no es nuevo en el sentido de que es la tercera vez que hemos estado a punto de agarrarlo". El gobernante ha ofrecido los detalles de la operación cuando afronta crecientes críticas por una inusitada campaña de ataques dispersos de las FARC, en participar provenientes de sectores afines a su antecesor y correligionario Álvaro Uribe.
OBISPOS PIDEN DIÁLOGO A ALFONSO CANO.
El pedido se registró en la apertura de la asamblea plenaria de obispos que se desarrolla en Bogotá.
La Iglesia colombiana le pidió al máximo jefe de las Farc, 'Alfonso Cano', que abra las posibilidades del diálogo y reiteró su ofrecimiento como facilitadora de un eventual acuerdo de paz con el Gobierno.
"A Cano le extendemos la mano, la mano de hermano colombiano para que podamos lograr la paz, de lo contrario, esto se nos va a recrudecer", dijo el secretario del episcopado, monseñor Juan Vicente Córdoba al enviarle un mensaje al líder guerrillero, invitándolo a "un diálogo para una entrega".
"Él, que es un hombre inteligente, debe entender que la violencia más violencia sólo trae más violencia y que Colombia lo que necesita es perdón", comentó el jerarca al afirmar que el clero respalda al Gobierno en sus acciones militares en pro de la defensa y la dignidad del país, aclarando que el diálogo debe ser el primer camino y lamentando que se tenga que acudir a este tipo de medidas que también generan violencia.
"Lamentablemente estamos en un conflicto armado donde estos operativos militares son inevitables, pero insistimos en el diálogo para que no se derrame más sangre", dijo monseñor Rubén Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal.
Foto arquivo El Tiempo.
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